La guerra de los dioses...

En las mitología a lo largo de la historia de las diferentes comunidades humanas, los dioses se pelean entre ellos y con los humanos. pero la mitología es solo eso, mitos creado por el hombre en su necesidad de cubrir sus carencias y sus miserables vidas, de entidades superiores en los que apoyarse para darle un poco de sentido al vacío que tenemos...pero sobre todo, se han creado todos esos dioses para que le sirvan de instrumento para rendir las voluntades y que le sirvan a todos estos jerarcas de las iglesias a cubrirse de oro y riquezas...

En este cuadro de la capitulación durante el periodo Tolteca en la época del descubrimiento, protegido por las lanzas de los soldados, se encuentra la flor y nata del clero de la época y los dirigentes políticos y militares, ¿pero que es lo mas destacado?...Detras del obispo representante del papa, se encuentran altas dignidades de la iglesia contando el oro y haciendo balance de lo obtenido. 

Ese ha sido siempre el objeto que ha movido a las religiones a apoyar las invasiones y las guerras y aunque este articulo lo titulo, La guerra de los dioses, es algo mucho menos prosaico, es tan bajo como masacrar a civilizaciones enteras solo por expandir su poderío apoyado por los militares y mercenarios que lo acompañan...

Toda la historia nos la trasmite de una u otra forma y en cualquier tiempo y sociedades. Aunque a veces disfrazada de luchas intestina entre los dioses....Como si no hubiera suficiente con las similitudes genealógicas y guerreras entre dioses griegos e hindúes, las tablillas descubiertas en los archivos reales hititas (en un lugar que, en la actualidad, recibe el nombre de Boghazkoi) contenían más relatos de la misma historia, la de la lucha por la supremacía entre los dioses a medida que se sucedían las generaciones. 

Los textos más extensos que se han descubierto trataban, como sería de esperar, de la deidad suprema hitita, Teshub; concretamente, de su genealogía, de sus legítimas pretensiones de controlar las regiones superiores de la Tierra, y de las batallas que el dios KUMARBI había lanzado contra él y contra sus descendientes. Al igual que en los relatos griegos y egipcios, el Vengador de Kumarbi se ocultaba con la ayuda de dioses aliados hasta que crecía, en algún lugar en una parte «oscura» de la Tierra. Las batallas finales tenían lugar en los cielos y en los mares; en una de esas batallas, Teshub recibía el respaldo de setenta dioses con sus carros.

El mundo conoce muchos ejemplos de los defensores de la fe que mataron o siguen matando a quienes piensan de manera diferente. La historia y la religión están tan interconectadas entre sí que mucha gente cree que no pueden separarse. Los argumentos de quienes sostienen este punto de vista son parecidos: no hay diferencias ente la sangre que derramó la Inquisición católica, la masacre religiosa de la Guerra de 30 años o el terrorismo de los grupos yihadistas actuales. 

Los conflictos en que interviene la religión, a menudo ligada a diferencias de carácter étnico, han proliferado en las últimas décadas en diversas partes del mundo: Irlanda del Norte, los Balcanes, Sri Lanka, la India, Nigeria… Por lo tanto, no es sólo el terrorismo islámico lo que ha planteado, una vez más, si la religión tiende a fomentar la violencia en lugar de evitarla y si la religión no será la fuente, en lugar de la solución, al problema de la violencia. Actualmente se acusa a las tres, en tanto que “religiones monoteístas”, de ser más favorables al empleo de la fuerza que las religiones “politeístas” o las religiones “no teístas” (como el budismo).

Partiendo de la premisa de que yo no creo en ningún tipo de dios, me tengo que retractar del titulo de esta entrada como dije antes, porque el hombre y solo el hombre en nombre de sus dioses imaginarios, son los responsables de tanta maldad gratuita con la que nos destrozan la vida

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